Nuevos Billetes de ¢20.000 y ¢50.000
Dos nuevos billetes circularán en el país a partir del primer trimestre del 2010. Se trata de denominaciones de ¢20.000 y ¢50.000.
Además de esa emisión, el Banco Central pedirá imprimir nuevos billetes de ¢1.000, ¢2.000, ¢5.000 y ¢10.000, que cambiarán de diseño, color y tamaño.
El Banco Central acordó las nuevas denominaciones (¢20.000 y ¢50.000) con base en un modelo de estimación de billetes en circulación.
Ricardo Rodríguez, director de Tesorería del Central, explicó que el modelo recomienda introducir nuevas denominaciones cuando el papel de más alto valor concentra el 60% o más de la emisión monetaria (cantidad de dinero disponible en la economía).
Esto sucede actualmente con los billetes de ¢10.000. En circulación hay ¢321.000 millones en billetes de ¢ 10.000, que concentran el 70% de la emisión monetaria total, que asciende a ¢455.000 millones (excepto las monedas).
“Habrá dos nuevas denominaciones para prevenir que en el futuro la emisión se concentre en la de ¢20.000”, dijo Rodríguez.
Nuevos tamaños. La impresión de los nuevos billetes de ¢1.000, ¢2.000. ¢5.000 y ¢10.000 se hará debido a una orden que hace tres años giró la Sala Constitucional.
Ese Tribunal indicó al Central que en la emisión del 2010 se dieran facilidades para que los no videntes distingan el valor de los papeles.
Para cumplir con la disposición, el Central acordó variar la longitud de las nuevos billetes. Por ejemplo, el de ¢1.000 no medirá 156 milímetros (como los existentes), si no 125 milímetros.
A partir del billete de ¢1.000, las denominaciones siguientes aumentarán siete milímetros de longitud, hasta llegar al de ¢50.000, que medirá 160 milímetros de largo. En todos los casos se conservarán los 67 milímetros de ancho.
Para determinar esos tamaños, el Banco Central se basó en la experiencia de México y Australia.
“Desistimos del modelo del euro porque son incómodos para llevar en la billetera (son distintos en largo y alto entre sí)”, dijo Rodríguez.
Rodríguez indicó que el Central estudia la cantidad de billetes nuevos que se imprimirá.
“Eso se decidirá en julio próximo, pero lo mínimo a comprar son 84 millones de billetes (solo de los tipos vigentes), para sustituir los que ahora hay en circulación”.
El Banco Central tampoco tiene definido cuál será el monto que se invertirá para sustituir los viejos billetes e introducir los nuevos.
La última emisión de billetes, que salió a inicios de este año tuvo un costo de $3,5 millones.
“Para el Banco, la impresión que se hará en el 2010 no significa un costo mayor, porque los billetes se deterioran, tienen una vida útil de seis meses a un año. Cada dos años se mandan a hacer nuevos”, señaló Rodríguez.
¿Cuánto cuesta? El costo de imprimir un billete se estima en ¢25, por lo que, por ejemplo, por un billete de ¢1.000 el Banco tiene un señoreaje (ganancia entre el valor metal y el valor facial de la moneda) de ¢975. Sin embargo, el ente no registra este tipo de ganancia.
Rodríguez comentó que el Banco Central también estudia la alternativa de imprimir una parte de los nuevos billetes en plástico. El plástico tiene una vida útil mayor que la del papel y el costo por billete es de ¢50. Veinticinco países usan el plástico.
Para la impresión de los nuevos seis tipos de billetes se abrirá un concurso internacional a partir del segundo semestre de este año y participarán los fabricantes inscritos en el registro de proveedores de la institución.
Las últimas impresiones de billetes las ganó la compañía francesa Francois Charles Oberthur. En el mundo existen otras firmas que se dedican a ese negocio, como Thomas de la Rue (Inglaterra), G&D (Alemania), Canadian Bank Note (Canadá).
El Banco Central también debe definir la contratación de una empresa que se encargará de hacer el diseño de los billetes que incluirá motivos de ecosistemas existentes en el país.
fuente:
Además de esa emisión, el Banco Central pedirá imprimir nuevos billetes de ¢1.000, ¢2.000, ¢5.000 y ¢10.000, que cambiarán de diseño, color y tamaño.
El Banco Central acordó las nuevas denominaciones (¢20.000 y ¢50.000) con base en un modelo de estimación de billetes en circulación.
Ricardo Rodríguez, director de Tesorería del Central, explicó que el modelo recomienda introducir nuevas denominaciones cuando el papel de más alto valor concentra el 60% o más de la emisión monetaria (cantidad de dinero disponible en la economía).
Esto sucede actualmente con los billetes de ¢10.000. En circulación hay ¢321.000 millones en billetes de ¢ 10.000, que concentran el 70% de la emisión monetaria total, que asciende a ¢455.000 millones (excepto las monedas).
“Habrá dos nuevas denominaciones para prevenir que en el futuro la emisión se concentre en la de ¢20.000”, dijo Rodríguez.
Nuevos tamaños. La impresión de los nuevos billetes de ¢1.000, ¢2.000. ¢5.000 y ¢10.000 se hará debido a una orden que hace tres años giró la Sala Constitucional.
Ese Tribunal indicó al Central que en la emisión del 2010 se dieran facilidades para que los no videntes distingan el valor de los papeles.
Para cumplir con la disposición, el Central acordó variar la longitud de las nuevos billetes. Por ejemplo, el de ¢1.000 no medirá 156 milímetros (como los existentes), si no 125 milímetros.
A partir del billete de ¢1.000, las denominaciones siguientes aumentarán siete milímetros de longitud, hasta llegar al de ¢50.000, que medirá 160 milímetros de largo. En todos los casos se conservarán los 67 milímetros de ancho.
Para determinar esos tamaños, el Banco Central se basó en la experiencia de México y Australia.
“Desistimos del modelo del euro porque son incómodos para llevar en la billetera (son distintos en largo y alto entre sí)”, dijo Rodríguez.
Rodríguez indicó que el Central estudia la cantidad de billetes nuevos que se imprimirá.
“Eso se decidirá en julio próximo, pero lo mínimo a comprar son 84 millones de billetes (solo de los tipos vigentes), para sustituir los que ahora hay en circulación”.
El Banco Central tampoco tiene definido cuál será el monto que se invertirá para sustituir los viejos billetes e introducir los nuevos.
La última emisión de billetes, que salió a inicios de este año tuvo un costo de $3,5 millones.
“Para el Banco, la impresión que se hará en el 2010 no significa un costo mayor, porque los billetes se deterioran, tienen una vida útil de seis meses a un año. Cada dos años se mandan a hacer nuevos”, señaló Rodríguez.
¿Cuánto cuesta? El costo de imprimir un billete se estima en ¢25, por lo que, por ejemplo, por un billete de ¢1.000 el Banco tiene un señoreaje (ganancia entre el valor metal y el valor facial de la moneda) de ¢975. Sin embargo, el ente no registra este tipo de ganancia.
Rodríguez comentó que el Banco Central también estudia la alternativa de imprimir una parte de los nuevos billetes en plástico. El plástico tiene una vida útil mayor que la del papel y el costo por billete es de ¢50. Veinticinco países usan el plástico.
Para la impresión de los nuevos seis tipos de billetes se abrirá un concurso internacional a partir del segundo semestre de este año y participarán los fabricantes inscritos en el registro de proveedores de la institución.
Las últimas impresiones de billetes las ganó la compañía francesa Francois Charles Oberthur. En el mundo existen otras firmas que se dedican a ese negocio, como Thomas de la Rue (Inglaterra), G&D (Alemania), Canadian Bank Note (Canadá).
El Banco Central también debe definir la contratación de una empresa que se encargará de hacer el diseño de los billetes que incluirá motivos de ecosistemas existentes en el país.
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