Tesoros de monedas romanas
Cincuenta mil monedas romanas encontradas en 2010 en un campo de Somerset, Inglaterra, constituyen el tesoro de monedas más grande que se ha descubierto en un solo jarrón, y el segundo más grande de monedas antiguas encontrado en Gran Bretaña, afirman expertos del Museo Británico.
Las monedas, además de joyería de oro de la Edad de Hierro recientemente descubierta -también encontrada por buscadores de tesoros aficionados-, serán adquiridas por museos, gracias a una serie de subvenciones y donaciones, anunciaron recientemente las autoridades. Las monedas irán al Museo de Somerset, Inglaterra, que las exhibirá cuando vuelva a abrir las puertas este verano (boreal).
El botín, cuya gran mayoría ha sido limpiado y restaurado, contiene casi 800 monedas acuñadas por Carausius, un general romano que se autodeclaró emperador de Gran Bretaña en el año 286 d.C. y que gobernó durante siete años antes de ser asesinado por su tesorero.
Durante ese lapso, Carausius esparció su gobierno en parte a través de propaganda, por ejemplo, emitiendo monedas de plata de alta calidad que mostraban su imagen.
El hallazgo también contiene monedas con los fundadores míticos de Roma, Rómulo y Remo, amamantándose de una loba, imagen nunca antes encontrada en monedas de Carausius, quien pudo haberla utilizado para autovincularse con el Imperio Romano histórico.
"Era un gran propagandista", afirma Sam Moorhead, arqueólogo del Museo Británico, en entrevista con National Geographic News. "Básicamente lanzó esa moneda tan pronto como llegó al trono", destaca.
Las monedas del supuesto emperador son las más nuevas del enorme tesoro escondido, lo que sugiere que la colección no es de antes del 293 d.C., dado que Carausius fue asesinado ese año.
El descubrimiento también cambia la forma en que los arqueólogos ven esos tesoros. Generalmente se ha asumido que las monedas enterradas fueron escondidas temporalmente, por gente preocupada por amenazas de invasiones irlandesas o sajonas.
Pero este hallazgo -con un peso de 160 kilogramos y descubierto en un maceta de cerámica- nunca pudo haber sido cargado a su sitio de entierro en una pieza, afirman los arqueólogos.
En cambio, probablemente fue una ofrenda ritual, una tradición británica prerromana que pudo haberse prolongado. El entierro de monedas en esa época era más común en Gran Bretaña que en cualquier otro territorio romano, según Moorhead y sus colegas.
El tesoro fue descubierto por Dave Crisp, un entusiasta de los detectores de metales que escudriñaba una granja con permiso del dueño. Bajo la ley del Reino Unido, el valor de cualquier tesoro encontrado en propiedad privada se divide entre el dueño del terreno y su descubridor
Las monedas, además de joyería de oro de la Edad de Hierro recientemente descubierta -también encontrada por buscadores de tesoros aficionados-, serán adquiridas por museos, gracias a una serie de subvenciones y donaciones, anunciaron recientemente las autoridades. Las monedas irán al Museo de Somerset, Inglaterra, que las exhibirá cuando vuelva a abrir las puertas este verano (boreal).
El botín, cuya gran mayoría ha sido limpiado y restaurado, contiene casi 800 monedas acuñadas por Carausius, un general romano que se autodeclaró emperador de Gran Bretaña en el año 286 d.C. y que gobernó durante siete años antes de ser asesinado por su tesorero.
Durante ese lapso, Carausius esparció su gobierno en parte a través de propaganda, por ejemplo, emitiendo monedas de plata de alta calidad que mostraban su imagen.
El hallazgo también contiene monedas con los fundadores míticos de Roma, Rómulo y Remo, amamantándose de una loba, imagen nunca antes encontrada en monedas de Carausius, quien pudo haberla utilizado para autovincularse con el Imperio Romano histórico.
"Era un gran propagandista", afirma Sam Moorhead, arqueólogo del Museo Británico, en entrevista con National Geographic News. "Básicamente lanzó esa moneda tan pronto como llegó al trono", destaca.
Las monedas del supuesto emperador son las más nuevas del enorme tesoro escondido, lo que sugiere que la colección no es de antes del 293 d.C., dado que Carausius fue asesinado ese año.
El descubrimiento también cambia la forma en que los arqueólogos ven esos tesoros. Generalmente se ha asumido que las monedas enterradas fueron escondidas temporalmente, por gente preocupada por amenazas de invasiones irlandesas o sajonas.
Pero este hallazgo -con un peso de 160 kilogramos y descubierto en un maceta de cerámica- nunca pudo haber sido cargado a su sitio de entierro en una pieza, afirman los arqueólogos.
En cambio, probablemente fue una ofrenda ritual, una tradición británica prerromana que pudo haberse prolongado. El entierro de monedas en esa época era más común en Gran Bretaña que en cualquier otro territorio romano, según Moorhead y sus colegas.
El tesoro fue descubierto por Dave Crisp, un entusiasta de los detectores de metales que escudriñaba una granja con permiso del dueño. Bajo la ley del Reino Unido, el valor de cualquier tesoro encontrado en propiedad privada se divide entre el dueño del terreno y su descubridor
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