La Moneda de Dios
El 18 de marzo de 1998, la productora Dodici firmó con la compañía Die-Gui (formada, en aquel entonces, por la sociedad Diego Maradona-Guillermo Cóppola) un documento para explotar la imagen del ex capitán del seleccionado argentino. Entre las posibilidades que ofrecía, estaban la realización de libros y películas sobre la vida de "El 10", a cambio, claro está, de parte de las ganancias.
Con esta autorización, Dodici se presentó en la Casa de la Moneda en el año 2000. En ese momento, su titular era Nelson Julio López del Carril.
Tentada por la posibilidad de acuñar monedas con motivo del cumpleaños número 40 de Diego Maradona, tal y como le ofrecía la productora, esta dependencia estatal firmó un contrato en el que se hizo cargo de todos los aranceles de importación de los cospeles, provenientes de Inglaterra. La suma ascendía a un millón y medio de dólares.
Una de las irregularidades en las que incurrió la Casa de la Moneda es que no le pidió una garantía solvente a Dodici. Como único aval, la productora presentó dos cheques.
Un mes y medio después de firmado el contrato, la empresa encargada de las monedas entró en concurso de acreedores, por lo que perdió la solvencia para pagar su deuda y la Casa de la Moneda debió hacerse cargo de ella. Por su parte, las 19 toneladas de cospeles de níquel, oro, platino, plata y alpaca con la leyenda "El jugador del siglo" quedaron varadas en la aduana, a la espera de que alguien las retire.
Algunas de ellas, sin embargo, llegaron a comercializarse en el mercado como "medallas", obviamente, sin ningún valor legal. Se las puede conseguir por internet.
Hoy, el caso está a un paso del juicio oral y público. Los imputados son Nelson Julio López del Carril, titular por ese entonces de la Casa de la Moneda, por incompatibilidades en su función; Fernando Moroni y Marcelo Gómez, ex gerentes de la institución; y Alberto Marcelo Simonián, titular de Dodici (que aún está en funcionamiento), todos ellos acusados como partícipes necesarios en este fraude en perjuicio de la administración pública.
La causa está a cargo del juez Canicoba Corral. Lo que resta establecer, apenas termine el juicio, es qué se va a hacer con los cospeles. Una de las posibilidades es que pasen al Gobierno nacional, para que se acuñen y entren en circulación como monedas de curso legal.
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