“Caja del tiempo” en la Catedral Metropolitana
En la torre oriente de la Catedral Metropolitana fue colocada, en 1791, una “caja del tiempo”.
Doscientos años después, el 22 de octubre del 2007, fue hallada está caja por los trabajadores de los Sitios y Monumentos que efectuaban trabajos de conservación y restauración.
Los trabajadores desmontaron la mitad superior de la esfera de cantera que sostiene la cruz de la torre oriente y encontraron una caja de plomo que mide 15.5 por 8.2 centímetros y que guardaba en su interior diversos objetos con intención conmemorativa y testimonial.
La tapa tiene la fecha de conclusión de las obras por parte del arquitecto José Damián Ortiz Castro “Mayo 14 de 1791”.
Dentro de la caja hallaron 55 piezas: 11 medallas doradas conmemorativas, 28 monedas de curso corriente (cinco de plata) acuñadas en diferentes casas de moneda que provienen de diferentes entidades de la República, como Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Veracruz y Campeche.
Además se halló un pergamino que contiene el inventario de las piezas, un relicario, cinco grabados con oraciones e imágenes de santos (San Miguel y Santa Bárbara, patrona de rayos y centellas); un dibujo de gran calidad con motivo religioso y cinco cruces de palma pequeñas.
Todo este material fue dado a conocer a la prensa por el director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del CNCA, Xavier Cortés Rocha.
La maestra Liliana Giorguli, directora de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, manifestó que las piezas serán estudiadas para conocer con exactitud su procedencia, su significado para así poder presentarlas al público. También se presentó el deán de la Catedral, Rubén Ávila Enríquez.
No existe un espacio dedicado a mostrar los procesos de la construcción de la Catedral Metropolitana que se realizó en varias etapas a lo largo de 250 años entre los siglos XVI y XVII, tampoco de los registros gráficos de las restauraciones en el siglo XX (1920, 1940, 1970, 1990-2000), o de sus acervos pictóricos, y musicales.
Por este motivo Cortés Rocha ofrece un espacio donde se pueda dar una visión integral de los esfuerzos de la construcción de uno de los monumentos más representativos de nuestra historia, así como de sus acervos.
La utilización de “cajas del tiempo”, comentó Cortés Rocha, es un uso común en el mundo y fue utilizado en México desde la época de la Colonia, con el propósito de guardar memoria del contexto histórico en que se inició o terminó la construcción de grandes edificios. De hecho esta costumbre sobrevive cuando se coloca la “primera piedra” en algunas construcciones.
El pergamino que fue encontrado en la caja hace mención de otra caja en la esfera de la torre poniente que se conocerá cuando se realicen las obras de restauración, y también se tiene conocimiento de una tercera caja que fue encontrada en las restauraciones anteriores al siglo XX.
Esperemos que el público pueda ver pronto estos hallazgos, que recuerdan lo valioso de las huellas que dejan nuestros antepasados y que permiten conocer más a fondo el carácter histórico, cultural, artístico y personal de quienes trabajaron en la Catedral Metropolitana de nuestra ciudad.
Fuente:
Doscientos años después, el 22 de octubre del 2007, fue hallada está caja por los trabajadores de los Sitios y Monumentos que efectuaban trabajos de conservación y restauración.
Los trabajadores desmontaron la mitad superior de la esfera de cantera que sostiene la cruz de la torre oriente y encontraron una caja de plomo que mide 15.5 por 8.2 centímetros y que guardaba en su interior diversos objetos con intención conmemorativa y testimonial.
La tapa tiene la fecha de conclusión de las obras por parte del arquitecto José Damián Ortiz Castro “Mayo 14 de 1791”.
Dentro de la caja hallaron 55 piezas: 11 medallas doradas conmemorativas, 28 monedas de curso corriente (cinco de plata) acuñadas en diferentes casas de moneda que provienen de diferentes entidades de la República, como Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Veracruz y Campeche.
Además se halló un pergamino que contiene el inventario de las piezas, un relicario, cinco grabados con oraciones e imágenes de santos (San Miguel y Santa Bárbara, patrona de rayos y centellas); un dibujo de gran calidad con motivo religioso y cinco cruces de palma pequeñas.
Todo este material fue dado a conocer a la prensa por el director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del CNCA, Xavier Cortés Rocha.
La maestra Liliana Giorguli, directora de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, manifestó que las piezas serán estudiadas para conocer con exactitud su procedencia, su significado para así poder presentarlas al público. También se presentó el deán de la Catedral, Rubén Ávila Enríquez.
No existe un espacio dedicado a mostrar los procesos de la construcción de la Catedral Metropolitana que se realizó en varias etapas a lo largo de 250 años entre los siglos XVI y XVII, tampoco de los registros gráficos de las restauraciones en el siglo XX (1920, 1940, 1970, 1990-2000), o de sus acervos pictóricos, y musicales.
Por este motivo Cortés Rocha ofrece un espacio donde se pueda dar una visión integral de los esfuerzos de la construcción de uno de los monumentos más representativos de nuestra historia, así como de sus acervos.
La utilización de “cajas del tiempo”, comentó Cortés Rocha, es un uso común en el mundo y fue utilizado en México desde la época de la Colonia, con el propósito de guardar memoria del contexto histórico en que se inició o terminó la construcción de grandes edificios. De hecho esta costumbre sobrevive cuando se coloca la “primera piedra” en algunas construcciones.
El pergamino que fue encontrado en la caja hace mención de otra caja en la esfera de la torre poniente que se conocerá cuando se realicen las obras de restauración, y también se tiene conocimiento de una tercera caja que fue encontrada en las restauraciones anteriores al siglo XX.
Esperemos que el público pueda ver pronto estos hallazgos, que recuerdan lo valioso de las huellas que dejan nuestros antepasados y que permiten conocer más a fondo el carácter histórico, cultural, artístico y personal de quienes trabajaron en la Catedral Metropolitana de nuestra ciudad.
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