¿Por que existen las medallas?

Aunque tanto en la forma como en el material existen múltiples excepciones, las medallas tienden a ser discos metálicos, similares en apariencia a las monedas, aunque usualmente de mayor diámetro y relieve pronunciado. Son emitidas con diversos fines y así existen:

* Las emitidas con propósitos puramente artísticos (afines usualmente a las plaquetas).
* Las conmemorativas o de recuerdo.
* Las que otorga una organización por servicios distinguidos en un campo específico (como el premio Nobel).
* Las que se otorgan como premio en un evento o competición.
* Las que otorga un gobierno por servicios al país, que se ostentan prendidas al pecho o colgadas al cuello; estrictamente hablando esto se refiere sólo a medallas de apariencia similar a una moneda, pero informalmente se extiende también a la condecoración militar.
* Las de culto religioso, usualmente con un aro que permite colgarlas.

La historia de las medallas propiamente dichas transcurre en varias épocas, que se distinguen por la técnica utilizada y el espíritu de su producción:

* la primera comienza con el Imperio romano, ya en época de Augusto, tras el cual desaparece la medalla.
* la segunda comprende el siglo XV o renacimiento italiano, cuando se restablece su uso, aunque con técnica y espíritu diferentes a los de los romanos.
* la tercera comienza en el siglo XVI y continúa en los siguientes, cundiendo más y más el uso de la medalla obtenida por acuñación como al principio.
* puede añadirse una cuarta época, la contemporánea, en que se industrializa su producción y se produce en serie como cualquier objeto de consumo.

En la primera de dichas épocas, la medalla tiene carácter oficial y sólo se produce en las oficinas imperiales, sin reproducir más efigies que las de los emperadores o individuos de su familia, siendo su procedimiento el de la acuñación como en las monedas. En la segunda se fabrican las medallas, siempre de carácter privado, por vaciado en molde del metal fundido, retocando después con buril los perfiles de las figuras. El primero a quien se atribuye la gloria de este renacimiento de la medalla es Víctor Pisano de Verona, llamado comúnmente el Pisanelo. Entre las medallas más célebres que labró se encuentra la del Emperador de Oriente Juan Paleólogo en el año 1439 a la que siguieron otras magníficas de Alfonso V, Rey de Aragón y Nápoles, en 1448 (de ocho centímetros de diámetro). Se conocen también unas 2.500, de diversos tipos, debidas a unos 200 medallistas italianos, imitadores de el Pisanelo en la misma época.




Historia de las medallas

Desde principios del siglo XVI, poco a poco se va adoptando nuevamente el procedimiento de acuñación como se hacía entre los romanos, esmerándose los artistas en la incisión de los troqueles. En esta labor sobresalen también los italianos, imitándolos numerosos artistas en otras naciones europeas, sobre todo en Alemania y Francia (en ésta, se iniciaron ya en la segunda mitad del siglo XV) y cundiendo en todas partes el gusto por la medalla conmemorativa. Como iniciador de este nuevo movimiento se encuentra el milanés Ambrosio Foppa, llamado el Caradosso, y como grandes medallistas del mismo siglo figuran los célebres Paduanos Alejandro Bassiano y Juan Cavino, con los no menos famosos León y Pompeyo Leoni, Benvenuto Cellini, Víctor Camelio, Juan Pastorino, los Poggini, Jácome Trezzo, Alberto Durero y muchos otros, cinceladores y grabadores destacados. En esta época y en la contemporánea se multiplican indeciblemente los asuntos de la medalla conmemorativa, y toma ella no pocas veces carácter oficial, sobre todo cuando se aplica a conmemorar la solemne proclamación o advenimiento de algún monarca al trono, la coronación de los Papas en Roma, etc.
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