LA MONEDA MAS CARA DE LA HISTORIA

El 30 de julio de 2002, se celebró en Nueva York una gran subasta organizada por la prestigiosa firma Sotheby’s en la que un particular se hizo con una moneda única y especial, un doble águila de 1933.
La intrigante historia que encierra esta moneda de 20 dólares oro, y los setenta años que ha pasado oculta a la luz pública, han hecho que esta increíble pieza numismática alcance el mayor precio que se ha pagado por una moneda, 7.590.000 dólares.
La moneda de 20 dólares oro conocida como el doble águila de 1933 es la más cara de la historia.
Fue diseñada por el afamado escultor norteamericano Augustus Saint-Gaudens, y en su anverso podemos ver a una alegoría de la libertad avanzando hacia delante con una antorcha encendida y el pelo ondeando al viento. El pie izquierdo de la libertad está sobre una roca, y en la mano izquierda sujeta una rama de olivo. Detrás, se puede ver una pequeña representación del capitolio de la que emanan unos rayos. En la parte superior se puede leer la palabra libertad. Una grafila de estrellas rodea el conjunto.

En total son 48 estrellas, que representan los estados de la unión.
En el reverso se puede leer en dos líneas «United States of America» y «Twenty dollars».
En el centro, aparece un águila volando a través de los rayos de un sol que amanece.

Se trata de un ejemplar único, porque ningún otro doble águila de los que se acuñaron en 1933 ha sido monetizado por el gobierno de los Estados Unidos. Además, no existe otro ejemplar que tenga la autorización de este gobierno para que pueda ser propietario de él un particular.

Sólo se sabe de dos ejemplares más, que están en la institución Smithsonian y son propiedad del gobierno. Si se posee alguna otra de estas monedas, será de un modo ilegal, ya que pertenecen al Tesoro de los Estados Unidos. Ha sido llamada justamente «la moneda más bella de Estados Unidos», y fue fruto de una reunión entre el presidente Theodore Roosevelt y Augustus Saint-Gauden en noviembre de 1905. Ambos estaban de acuerdo en que las acuñaciones americanas carecían de inspiración artística, y pensaron en producir una moneda con el valor artístico de la antigua Grecia.
De este modo trabajaron en el diseño de la misma, pero la primera muestra, aunque era del agrado de ambos, no podía ser acuñada como moneda circulante debido a su alto relieve. Tristemente, este fue el último diseño que pudo ver Saint-Gauden antes de sucumbir al cáncer en agosto de 1907.
Después de modificar el relieve, finalmente se dio con el diseño, adaptado del original por Charles Barber. Este no poseía la monumentalidad del original, pero preservaba la fuerza simbólica y expresiva de aquel.

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